viernes, 16 de abril de 2010

La dramática historia de la novia italiana

Julia Buccola Petta(Aunque los hechos ocurrieron en los Estados Unidos), de ascendencia italiana, Julia Buccola Petta era una joven que desde siempre había soñado con convertirse algún día en madre. Así, vivió con profunda ilusión sus nueve meses de embarazo, deseando que transcurriese rápido aquel por naturaleza obligado tiempo para tener a su ansiado retoño pronto entre los brazos. No obstante, avatares del destino, en el momento de dar a luz fallecieron tanto ella como su pequeño no nato. Tras su muerte, Julia, de tan solo veintinueve años (1892-1921), fue enterrada en el cementerio de Monte Carmelo (Chicago, Illinois), vestida de novia con su feto.
Al poco tiempo, su madre, Filomena Buccola, quizá desolada por la pérdida, comienza a tener sueños recurrentes, visiones donde ve a su hija suplicándole que la desentierre. Sera ésta una idea que la obsesione y que la mantenga en vilo, abriéndola a la "loca" incertidumbre de que igual su hija pudiese estar viva. Decide entonces que quiere volver a ver el cadáver de Julia en el ataúd, comprobar de nuevo que está muerta. Y a lo largo de seis interminables años intentará conseguir el permiso necesario para exhumar sus restos hasta que, finalmente y después de muchos trámites, logra la aprobación del sacerdote local.
Así, en 1927, el ataúd de Julia Buccola Petta fue abierto y para sorpresa y estupor de los asistentes, los restos de la joven permanecían intactos; su imagen era exactamente la misma que en el momento de su entierro y sólo sus ropas y el deterioro normal de la caja evidenciaban el paso del tiempo. Por contra, ningún signo de descomposición, decoloración u otro tipo de señal física evidenciaba que la joven había fallecido seis años atrás.

Julia Buccola Petta

Desconcertados, sus familiares tomaron una fotografía antes de volver a cerrar la tapa del féretro. En la imagen, que colocarían en su lápida, se puede ver a una atractiva joven sumida en lo que más bien pudiera ser un dulce y profundo sueño que no la muerte de alguien.
Debido a lo sorprendente del caso (algunos incluso nombraron la palabra "santa"), en el lugar de eterno descanso de Julia se decidió erigir también una estatua en su honor.

Julia Buccola Petta

Desde entonces, cuentan los que han paseado cerca de su tumba, que en el aire se percibe un dulce olor a rosas, algo inexplicable ya que en la zona no hay rosales plantados (¿serán las rosas que conforman su ramo de novia?). E igualmente son varios los testimonios de personas que afirman haberla visto paseando por el lugar.
De lo que no cabe duda es que a día de hoy Julia es uno de los personajes más conocidos de personas enterradas en el Monte Carmelo, quizá junto a la famosa figura de la delincuencia organizada, Al Capone.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una nota muy interesante y verdaderamente dramatica, inspiradora y dogmatica.

Saludos,

Alessandro Maduro

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