El problema del año 2000, conocido como efecto 2000, error del milenio, problema informático del año 2000 (PIA2000) o Y2K, era un bug o error de software causado por la costumbre que habían adoptado los programadores de omitir el año para el almacenamiento de fechas (generalmente para economizar memoria), asumiendo que el software solamente funcionaría durante los años cuyos nombres comenzaran con 19. Lo anterior tendría como consecuencia que después del 31 de diciembre de 1999, sería el 1 de enero de 1900 en vez de 1 de enero de 2000.
Potenciales efectos que este bug causaría:
Los programas que contaban el número de años a través de la sustracción de las fechas, obtendrían una cantidad de años negativa. Por ejemplo, si una persona nació en 1977, la edad de esta persona en 2000 sería: 00-77 = -77 años.
El problema del año 19100, común en programas que contaban el año utilizando los dos últimos dígitos y mostraban los dos primeros dígitos del año como 19. Al intentar mostrar el año después del 1999, el programa mostraría 19 y luego el número que sigue al 99, o sea: 19100.
Al acercarse el año 2000, surgieron muchos rumores de caos y catástrofes económicas en el mundo entero, un pavor generalizado a un eventual colapso de los sistemas basados en computadoras por causa de este problema. La corrección del problema costó miles de millones de dólares en todo el planeta, sin contar otros costes relacionados.
El temor que este problema técnico despertó en la población se vio aumentado por su asociación con el fin del siglo y del milenio. Profecías bíblicas y nostradámicas, que sugerían un final cataclísmico de nuestro planeta, se unían a los pronósticos de los visionarios de la tecnología. Autodenominados profetas, futuristas y adivinos se unieron a coro uniendo lo profético con lo cibernético.
En un principio, los programadores de ordenadores decidieron representar el siglo (en las fechas) usando solamente dos dígitos, asumiendo por defecto el siglo XX. De esta manera, por ejemplo, “54” representa al 1954. Por esta razón los ordenadores con este problema serían incapaces de diferenciar entre el año 2000 y el 1900. Este “pequeño” defecto se suponía tendría el potencial de crear el caos en las comunicaciones, en las transacciones comerciales y en otras funciones que dependían de fechas. El fin del mundo se creia cerca. Al final resultó ser todo un gran bluff.
¡Feliz Nochevieja, amigos! y buen comienzo de año.
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