El Gobierno de Dubai se ha visto obligado a renunciar a los planes que tenía de construir la torre más alta del mundo, así como más islas artificiales de las ya levantadas. Tal anuncio hace temer por la posibilidad de una quiebra en el Emirato justo en el momento en el que comienzan a verse los primeros síntomas de recuperación económica en el mundo.
Durante el pasado "boom", Dubai estuvo en la cresta de la ola del crédito fácil, que sirvió para generar un crecimiento económico fenomenal, pero la crisis global le ha golpeado luego duramente.
La Dubai de hoy no se parece en nada a la de hace diez años. En el desierto han crecido los rascacielos como espigas de trigo acristaladas. Los mejores arquitectos del mundo han trabajado a orillas del Pérsico entregando alguna de las mejores torres levantadas en lo que va de siglo. (El Burj Dubai, por ejemplo, es, con sus 818 metros de altura, la estructura más alta jamás construida por el hombre.) Y es que los inversores derramaban sobre el emirato montañas y montañas de dólares frescos. Casi todos se iban al sector inmobiliario, que entró en una espiral alcista situando el metro cuadrado de Dubai entre los más caros del planeta.
Pero el dinero occidental dejó de fluir, los chalets frente a la costa dejaron de venderse y los lujosos edificios de oficinas empezaron a quedarse vacíos. Actualmente, una de cada cuatro casas en Dubai está vacía y eso que los precios han caído hasta casi la mitad sobre los de hace apenas dos años.
Con este panorama tan desolador no ha quedado más opción que presentar la quiebra y pagar lo que puedan con el patrimonio inmobiliario que poseen. El emirato es un Estado y, como tal, no puede quebrar pero habrá de apretarse bien fuerte el cinturón y asistir al fin de un sueño que ha terminado en pesadilla.
Dubai ha causado, pues, una conmoción en los mercados al pedir una moratoria de la deuda de su "holding" Dubai World, que ha desarrollado últimamente -como se ve en las imágenes de proyectos por finalizar- algunos de los diseños inmobiliarios más extravagantes del planeta. Tal anuncio de moratoria ha indignado a los inversores, a quienes se les había asegurado durante meses de que Dubai cumpliría todas las obligaciones derivadas de su deuda de 80.000 millones de dólares pese a la recesión y a la crisis inmobiliaria. "Lo que ha ocurrido destruirá la confianza en Dubai. Todo el proceso ha sido opaco y totalmente injusto para con los inversores", se dice.
Un espectacular complejo de hoteles y villas de lujo situadas en unas islas artificiales que se quedarán en nada y que se ha llevado por delante a miles de empleados por culpa de la crisis del sector inmobiliario y la sequía financiera.
Un tan bonito como extravagante e innecesario sueño sin cumplir que se quedará en agua de borrajas. Y es que Dubai se encuentra al borde de la quiebra tras una década de desmesuradas inversiones que a no pocos llevaron a creer que en el emirato todo era posible. Se equivocaron.
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