Los acontecimientos no siempre son aquello que parecen. A veces, tras un hecho histórico se esconden motivaciones ocultas y planes secretos que, al ser demostrados, denominamos conspiraciones. Cuando esos complots no son más que rumores, farsas evidentes (a menudo desenmascaradas) o hipótesis surrealistas y extravagantes, los llamamos teorías de conspiración. Pero por muy falsas que parezcan estas historias, siempre hay oídos ávidos de escucharlas, bocas dispuestas a difundirlas y corazones predispuestos a creérselas. ¿Por qué?
La creencia en las conspiraciones tiene que ver con dos aspectos, con la fuerza del rumor y con cómo funciona, y también con la personalidad paranoica. La paranoia es un trastorno pero también es una tendencia. Todos tenemos un grado mayor o menor de paranoia.
A nivel colectivo, la paranoia tiene mucho más que ver con el rumor. Funciona como un mecanismo muy parecido al de los refranes o los dichos populares. La creencia en las teorías de conspiración también está muy relacionada con la frase: 'No dejes que la realidad te estropee una buena historia'. La gente tiende a creer esas explicaciones mucho más atractivas que la realidad, sobre todo cuando hay algunas fuentes que las apoyan.
El rumor siempre posee dos elementos fundamentales: información relevante e incertidumbre. Las teorías de conspiración se basan en eso, ofrecen información importante o de interés general y se valen de lo que no se puede saber, de las zonas grises de los hechos, para elaborar una construcción alternativa más atractiva que casi siempre va revestida de coherencia y verosimilitud.
En cuanto al tipo de personas que tienden a creer en estas teorías, no existe un perfil determinado, depende de la importancia que le dé cada persona a las cosas y la atención que preste a determinadas fuentes como, por ejemplo, las revistas de ocultismo o determinados programas de televisión. Es frecuente la 'profecía autocumplida', es decir, cuando la persona selecciona la información en función de lo que piensa previamente eligiendo los datos que corroboran sus creencias.
La creencia en estas teorías solamente es peligrosa desde el punto de vista de las sectas. El peligro solamente llega cuando se pasa de la creencia a la acción. Los grupos sectarios se basan en interpretaciones alternativas de la realidad, visiones conspirativas con las que se busca la manipulación de las mentes.
He aquí algunas de las historias conspiranoicas más populares...
LA LLEGADA DEL HOMBRE A LA LUNA. ¿Quién no ha escuchado que la llegada del Hombre a la Luna fue en realidad un montaje organizado en un gran plató de Hollywood? Se trata de una de las teorías de conspiración más aceptadas. Algunos detalles observados en las fotografías, realizadas por la NASA durante el Programa Apolo, sugieren que los alunizajes fueron en realidad montajes organizados en un contexto de Guerra Fría en el que Estados Unidos tenía que hacer evidente su ventaja en la carrera espacial frente a los rusos. Las controversias proceden de cuestiones como la supuesta ondulación de la bandera de Estados Unidos, imposible ya que en la Luna no hay viento, su brillo en un entorno de total oscuridad, la no aparición de estrellas en las imágenes, la suposición de que alguien tuvo que tomar las imágenes de Armstrong dando su famoso "primer paso" o la ausencia de secuelas en los astronautas que participaron en las misiones y que estuvieron expuestos a una gran radiación. No obstante, toda la fuerza de estas acusaciones ha sido contestada con igual contundencia mediante argumentos que las refutan con gran credibilidad.
ELVIS SIGUE VIVO. Aunque estas teorías suelen tomarse con mayor sentido del humor que otras, aún hay muchos convencidos de que Elvis Presley nunca murió y que en realidad todavía vive, retirado en algún lugar paradisíaco, disfrutando del anonimato. Su muerte habría sido fingida. Así lo ha asegurado, entre algunos otros, un psiquiatra estadounidense llamado Donald Hinton, quien comentó que Elvis simuló su fallecimiento para alejarse del acoso de los fans. Hoy, la estrella del rock tendría 75 años y su rostro no sólo habría cambiado mucho por la edad sino por una serie de supuestas operaciones de cirugía. Otros comentan que quien murió fue en realidad su hermano gemelo. Pero la de Elvis no es la única muerte que se ha puesto en duda. Son muchos los famosos cuya defunción se niega con insistencia. Del guitarrista Jimi Hendrix se dice que podría seguir vivo e incluso compartir "escondite" con Presley. Los mismos rumores circulan en torno a Jim Morrison, teorías alimentadas por Ray Manzarek, ex teclista de The Doors. En cierta ocasión, durante una gira, el músico expresó públicamente sus sospechas sobre la muerte de Morrison, que podría haber sido un montaje. Aseguró que un año antes, Jim le comentó la posibilidad de simular su muerte y esconderse en las islas Seychelles. Todo era un truco para llamar la atención, pero en seguida se convirtió en combustible para las teorías de los conspiranoicos. La reciente muerte de Michael Jackson también ha empezado ha generar algunas leyendas urbanas sobre la falsedad de su muerte. Curiosamente:
PAUL McCARTNEY ESTÁ MUERTO. Mientras que lo habitual es dar por vivos a muchos famosos muertos, Paul McCartney ha sido víctima de la leyenda urbana contraria. Es muy popular la teoría que asegura que el cantante y compositor de The Beatles murió en realidad en 1966. El McCartney que conocemos hoy sería en realidad un doble (un policía de Canadá llamado William Campbell) con un aspecto físico e incluso una voz casi idénticos a los del original. La teoría se basa en la existencia de un supuesto acertijo oculto en las grabaciones y portadas de los discos de la banda. Mensajes ocultos al escuchar algunos discos al revés, una llamada que hablaba de la muerte del músico, reinterpretaciones de las portadas, ciertos comentarios radiofónicos... Todo se ve como piezas de un misterioso rompecabezas. La supuesta muerte de Paul McCartney se produjo, según los conspiranoicos, después de una acalorada discusión con los otros tres miembros del grupo. McCartney se habría marchado furioso, habría cogido su auto y habría sido arrollado por un camión. Este hipotético accidente ha sido deducido de la combinación de partes de varias canciones: un "no se percató de que las luces habían cambiado" aquí, sonidos de coche allá y una cuantas rebuscadas y elaboradas teorías sobre algunas carátulas que han servido para alimentar la leyenda.
VIDA EXTRATERRESTRE POR TODOS LADOS. La existencia de vida extraterrestre es uno de los núcleos más habituales en las teorías conspirativas. Según muchos, la vida alienígena inteligente no sólo es una realidad sino que hay numerosas pruebas de ello en el planeta Tierra. Hemos escuchado cientos de veces (en ocasiones incluso de supuestos expertos) que las Pirámides de Egipto fueron construidas por extraterrestres o bien por los humanos pero gracias a enseñanzas de seres de otro planeta. A veces se dice que también la Esfinge es obra alienígena. Y alejándonos de Egipto se les atribuyen las pirámides mayas e incas, el monumento de Stonehenge o las estatuas moáis de la Isla de Pascua. Estas teorías han dado lugar a una amplia mitología tanto en la literatura como en el cine o la televisión con exponentes como 'Stargate' o la más reciente 'Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal'. La existencia en EE.UU. de misteriosas bases subterráneas como la famosa Área 51 han servido para especular con la posibilidad de que el ejército norteamericano haya entrado en contacto con criaturas extraterrestres. El carácter secreto de los proyectos que se llevan a cabo en este recinto ha fomentado miles de rumores: la ocultación de una nave alienígena, el contacto frecuente con seres de otras galaxias, la existencia de documentación clave sobre el caso Roswell o el desarrollo de tecnologías relacionadas con la teletransportación y los viajes en el tiempo. El Área 51 ha pasado a formar parte de la cultura popular y es habitual encontrar referencias en libros, series, películas, videojuegos, y un largo etcétera.
LA SALUD HUMANA Y LAS FARMACÉUTICAS. La teoría sobre una supuesta conspiración de la industria farmacéutica contra la salud de la humanidad está, por desgracia, a la orden del día. Son millones de personas en el mundo las que creen que las farmacéuticas poseen ya los medicamentos que erradicarían enfermedades como el cáncer pero que, sin embargo, prefieren ocultarlo para mantener enfermos crónicos dependientes de fármacos menos efectivos y más rentables para el negocio. También se afirma que los medicamentos que se envían a los países del tercer mundo están caducados y que utilizan a la población de algunos países como cobayas. A menudo se llega a sugerir incluso que son estas grandes empresas las que originaron tal o cual enfermedad con el objetivo de obtener más dinero. Uno de los casos más recientes relacionado con esta conspiración de las farmacéuticas sería el de la monja de la gripe A. Una monja benedictina española, doctora en medicina, se erigió hace poco tiempo como líder de una campaña contra la vacunación de la gripe A mediante un vídeo colgado en la red Internet. Teresa Forcades, autora de 'Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas' y 'La teología feminista en la historia', habla de las farmacéuticas como empresas viles que solamente buscan enriquecerse a toda costa. En su día cuestionó las decisiones de la OMS de declarar una pandemia mundial y manifestó sus sospechas de que la campaña de vacunación no era más que parte de un gran plan con fines interesados. Las credenciales de Forcades y sus continuas referencias a documentos, informes y realidades científicas le dieron una gran credibilidad.
Como vemos, las teorías de conspiración son incontables y abarcan multitud de ámbitos. Entre las que podríamos citar se encuentran conspiraciones en torno a la muerte de Juan Pablo I y un supuesto plan de asesinato de Juan Pablo II, suposiciones en torno a intereses ocultos en la elección de éste, el intento de los judíos de apoderarse de la Patagonia, la confabulación de las grandes industrias para impedir el desarrollo de las energías renovables y seguir enriqueciéndose con el petróleo, la contaminación del agua con sustancias que afectan a la capacidad mental de la población, el carácter tóxico con fines malévolos de las "nubes" que dejan los aviones a su paso, la existencia de civilizaciones subterráneas muy avanzadas que viven en las cavidades del planeta...
EL ASESINATO DE JFK. El viernes 22 de noviembre de 1963, en Texas, el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy murió tiroteado mientras paseaba en el coche presidencial. La versión oficial dice que el asesino fue Lee Harvey Oswald, quien murió dos días después de su detención por un disparo en el estómago realizado por Jack Ruby, miembro del hampa estadounidense. Sin embargo, los muchos puntos oscuros que rodearon todos estos sucesos han generado una rica proliferación de teorías conspiratorias de lo más dispar. ¿Hubo un solo tirador o fueron dos?, ¿existió un Oswald falso?, ¿hubo más de un JFK?, ¿por qué existen contradicciones médicas en la autopsia? Las preguntas son muchas, pero las respuestas ideadas por los aficionados a las conspiraciones son muchas más. Algunos creen que tras el asesinato de JFK se escondían los intereses del vicepresidente Lyndon B. Johnson. Otros ven en la sombra a Richard Nixon y su resentimiento hacia Kennedy. Otras teorías implican a la Mafia, a la CIA, a los exiliados cubanos anti-castristas, a Fidel Castro, a la Reserva Federal de Estados Unidos, a la KGB, a George H. W. Bush o al gobierno israelí.
LA CONSPIRACIÓN JUDEOMASÓNICA. La conspiración Judeo-Masónico-Comunista-Internacional tiene el honor de haber pasado a formar parte del acervo de expresiones populares. Sin embargo, para muchas personas sigue escondiendo oscuros secretos que no han sido revelados. Esta teoría antisemita plantea la existencia de una coalición secreta de judíos, masones y comunistas a los que se han atribuido múltiples maldades a lo largo de la historia. En la Edad Media, se acusaba a los judíos de originar la peste y de matar niños en rituales. Posteriormente, las raíces judías de Karl Marx y de algunos otros líderes comunistas sirvió para asociar los movimientos obreros con la conspiración. En cuanto a la masonería o francmasonería, su carácter de sociedad secreta y elitista ha servido para avivar la imaginación de los conspiranoicos desatando un torrente de escritos sobre el tema que todavía hoy fluye con bastante fuerza. Los masones han sido relacionados con el mormonismo, el luciferismo, el asesinato de JFK, los atentados del 11 de septiembre de 2001 e incluso con Hiroshima y Nagasaki, entre muchos otros sucesos históricos.
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