El verdadero Harry Potter fue un soldado británico fallecido en combate en el año 1939 y su tumba se encuentra localizada en Ramle, ciudad capital del distrito centro israelí. Poco podía imaginarse este militar en vida que su nombre coincidiría tiempo después con el de un famoso personaje literario y que su tumba sería visitada por multitud de turistas cada año.
Su sepulcro, ubicado en el cementerio militar británico de la ciudad, se ha convertido en todo un imán para turistas y fanáticos de la serie de novelas y películas, aunque no haya conexión alguna con el Harry Potter que conocemos de la literatura, pero el simple atractivo de su nombre atrae a numerosos visitantes como si de una atracción turística se tratase.
El soldado Harry Potter nació cerca de Birmingham y, que se sepa, careció de poderes mágicos. El joven se unió al Ejército británico en 1938 y llegó ese mismo año a la Palestina bajo mandato británico, donde murió en el campo de batalla al año siguiente a la edad de 18 años. (Su tumba recoge de manera incorrecta que murió a los 19, debido a que el joven mintió sobre su edad para poder alistarse.)
La gente empezó a interesarse por la tumba hace aproximadamente unos cinco años, y la creciente afluencia de visitas ha llevado a que este mismo año las autoridades hayan incluido la sepultura en la lista de lugares imprescindibles, promocionándola con ejemplos reales como los de un grupo de visitantes israelíes que llegó al lugar en busca de la tumba de Potter, que en realidad es sólo una entre las más de 4.500 que se ubican en el cementerio, y una vez encontrada, no pararon de fotografiarla.
Ciertamente, o al menos hasta ahora, los miles de turistas que visitan Ramle anualmente, en su mayoría lo hacen por la gran variedad de ruinas arqueológicas presentes en la zona.
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