¿Qué siente un reo cuando está a punto de morir ejecutado? ¿Cómo se afronta toda una vida entre rejas? La respuesta la podemos encontrar en WriteAPrisoner.com, una especie de 'Facebook carcelario' estadounidense donde los presos reciben cartas de ciudadanos anónimos que, en ocasiones, dan pie a una amistad... o incluso a algo más.
En la actualidad 2,3 millones de norteamericanos están en prisión, o lo que es lo mismo, más de uno de cada cien adultos. La cifra se ha disparado desde el medio millón en el año 1980, lo que supone un incremento del 300% y representa la mayor tasa actual de encarcelamiento mundial.
A partir de estos números no resulta extraño que desde 2000 el mencionado portal se encargue de ayudar a los encarcelados, a miles de ellos, a recibir cartas del mundo exterior. Para ello publican en la web sus perfiles personales, fotografías e información de contacto. El objetivo fundamental: ayudarles a sobrellevar la extrema soledad en la que viven.
Robert Garza, un joven latino de Texas, presenta así su situación: "Estoy en el corredor de la muerte desde diciembre de 2003. Confinado en una celda de 2,4 por 3,6 metros. Me permiten salir de ella dos horas al día, cinco días a la semana. No tengo contacto físico con nadie y la comunicación con mis compañeros es limitada. Si quieres ser mi amigo, por favor, escríbeme".
Una simple búsqueda en la web revela la existencia de más de 5.600 perfiles. De ellos, 1.971 son blancos, 1.937 son afroamericanos, 1.062 son hispanos y 43 asiáticos. También hay nativos americanos y una clasificación multirracial. Solamente el 8,4 de los perfiles registrados corresponden a mujeres.
Entre los usuarios hay cerca de ochocientos condenados a cadena perpetua y más de cien que esperan su turno para ser ejecutados, entre ellos, tres mujeres.
La foto de perfil de Kerry Lyn Dalton, una rubia californiana de 45 años, podría pasar perfectamente por la de cualquier mujer de mediana edad en Facebook. Risueña, sonrisa inmaculada y ganas de vivir. Excepto que, como admite en su perfil, está en el corredor de la muerte desde 1992 acusada de asesinato y atraco a mano armada. "Estoy segura de que eso puede asustar a algunos", reconoce. Dalton sostiene que ella no fue culpable y que la metieron en la cárcel sin que las autoridades dieran con el cuerpo, sin que la asociaran a la escena del crimen o existiera una arma inquisidora. "Soy inteligente y bastante decente, capaz de mantener conversaciones serias. ¿Físicamente? Me encuentro en muy buena forma. Soy bastante alta, mido 1,73 y bailo en secreto. Me encanta la música. Es mi forma de escape", describe en su perfil.
Cualquiera puede tener acceso a la web y ponerse en contacto con los presos, ya sea a través de carta o correo electrónico. Los creadores aseguran que, además de familia y amigos de los reos, existen jueces, militares, abogados e incluso miembros de grupos religiosos que deciden participar activamente.
Existe la posibilidad de incluir una fotografía propia al ponerse en contacto con los reos, a quienes les llega la correspondencia dos veces al mes. Los encargados posteriormente la imprimen y la adjuntan junto al texto enviado. Una vez contactado al preso, se debe incluir una dirección real para mantener la correspondencia personal y no a través de la web, entre cuyas reglas está la de no enviar más de cinco correos electrónicos por mes y evitar un lenguaje inapropiado, ya que el contenido de las misivas es evaluado por el personal.
"Entendemos que la naturaleza de esta página web puede resultar extraña para algunos", sostienen los creadores del portal. "No olvidamos que la gente va a la cárcel como forma de castigo por los crímenes que han cometido. Dicho eso, también los mandan allí para corregirse y rehabilitarse", añaden.
La pena de muerte funciona en 38 de los 50 estados americanos. Cuando el castigo fue restablecido en 1976, contaba con un respaldo de más del 80 por ciento de la población. No obstante, según las últimas encuestas, ese apoyo se ha reducido a cerca de un 60 por ciento. Aproximadamente el 90 por ciento de los encarcelados que hay en Estados Unidos logrará posiblemente la libertad. El otro 10 por ciento, en el que se encuentra Dalton, por ejemplo, seguirá viviendo en la sombra, imaginando una vida fuera de los barrotes. "Como diría Axl Rose (cantante de Guns N' Roses), aún puedo sonreír", sostiene, estoica, ella en su perfil.
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