Así, en su serie denominada 'Últimas cenas', el artista plástico James Reynolds, ha llenado un grupo de bandejas de color naranja con algunos de los menús que pidieron como última comida personas condenadas a muerte en USA por diferentes delitos.
Casi todos los casos son sorprendentemente increíbles y no puedes dejar de verlo sin que se te haga un nudo en el estómago, como el de Jackie Barron Wilson, que antes de ser ejecutado en Texas en el año 2006 pidió...
...una cebolla, un paquete de chicles y dos botellas de Coca-Cola. Victor Feguer, por su parte, pidió una aceituna sin hueso. Nada más, eso fue todo... (Dejando al margen lo criminal y malo que fuese, hay que tenerlos muy bien puestos para ser rebelde hasta el final, ¿no creéis?)
Los presos condenados a muerte tienen derecho a pedir una última cena a su elección,...
...siempre y cuando el valor de la misma no supere los cuarenta dólares.
¿Qué pediríais en un caso así?
(No es una invitación a ser malo... sólo por curiosidad.)
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