Seis días después de que el Titanic [el famoso transatlántico "insumergible"] se hundiera, el cuerpo sin vida de un bebé fue recuperado de las aguas del Océano Atlántico.
Tras consultarse la lista oficial de pasajeros, no pudo ser identificado y acabó siendo enterrado en Nueva Escocia bajo una lápida que rezaba, secamente, “el chico desconocido”.
Tiempo después, en el año 2001, investigadores de la Universidad de Lakeland obtuvieron permiso para exhumar sus restos. Y, tras un proceso de cotejo de documentación, afirmaron haberle devuelto la identidad al bebé: Eino Panula.
No obstante, seis años más tarde, pruebas de ADN realizadas en la mandíbula del esqueleto refutaron las conclusiones de aquella primera investigación.
El verdadero nombre del muchacho fallecido era Sidney Goodwin, que resultó ser el menor (19 meses) de seis hijos de una pareja de inmigrantes londinenses que buscaban una nueva vida al otro lado del charco...
Los restos de sus padres y de sus cinco hermanos nunca fueron hallados. Eran: Fred Goodwin, 42 años; su esposa Augusta, 43; y sus hijos: Lillian, 16; Charles, 14; William, 11; Jessie, 10; y Harold, 9.
1 comentario:
es una historia demaciado triste lo unico que pido es que este hermoso angel pueda tener un descanso eterno y pueda estar al lado de su familia
es algo que me hace llorar constantemente y es triste ver como este hermoso bebe a cada rato muchos mueren
y esto no deberia suceder
que descanses en paz
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