Este grupo vendría a ser la adaptación de los masones o los Illuminati a los tiempos modernos, un club elitista formado por las personalidades de mayor influencia en los más altos círculos políticos, empresariales e intelectuales. Ellos son, según algunos ¿conspiranoicos?, los que dirigen el mundo actual. Se ha llegado a decir que este grupo fue el que formó The Beatles y los utilizó (con canciones escritas por el filósofo Adorno) como arma para controlar a la juventud. También se afirma que ellos crearon a los Rolling Stones, a The Mamas and The Papas, el festival de Woodstock o la MTV con oscuros propósitos. Se les relaciona con el 11-S, se habla sobre tráfico de drogas y de su implicación en la actual crisis económica mundial.
Entre los asistentes a las reuniones secretas (actúan en secreto desde 1954) y conferencias anuales, a las que sólo están invitadas unas 130 personas, se barajan nombres (unos supuestamente verificados y otros procedentes de la rumorología popular) como el de George W. Bush, Donald Runsfeld, Bill y Hillary Clinton, Tony Blair, Henry Kissinger, Bill Gates, Rockefeller, la Reina Sofía de España, Rupert Murdoch, así como los presidentes de Fiat, Coca-Cola... y un largo etcétera.
Bilderberg sería el resultado evolutivo de unas sociedades secretas creadas en el siglo XVIII y XIX y una serie de alianzas entre la corona inglesa y banqueros. Tienen varias oficinas. La central está en Leinen (Holanda).
La nacionalidad más numerosa de todos sus integrantes son los estadounidenses y los europeos. También hay canadienses, y últimamente se han abierto puertas hacia Oriente Medio. Hay más hombres que mujeres pero también hay muchas féminas.
En el grupo se entra exclusivamente por invitación. Hay muchas empresas que han solicitado entrar pero el grupo les deniega la invitación porque ellos eligen a través del comité directivo quiénes son los que estarán dentro.
La estructura del Club Bilderberg se distribuye en círculos concéntricos. El intermedio es el Steering Comité o comité directivo, compuesto por quince miembros americanos y veinticuatro europeos permanentes. Ellos se encargan de seleccionar a los invitados de cada edición según la agenda temática que han previsto tratar y el país donde se celebra la reunión. La pauta habitual es que cada uno invite a dos personalidades. El tandem ideal sería un político de alto rango y un empresario de la industria o un banquero y un intelectual (profesor o periodista). Finalmente, la lista se cerrará con poco más de un centenar de nombres.
Los componentes del Steering Comité son los pesos pesados de Bilderberg. Tienen su propia agenda y discuten los temas más discretos sin que el resto de asistentes, con los que se reunirán para debatir otras cuestiones más generales, conozcan el contenido de estas reuniones privadas. El tema de la energía nuclear es una constante desde hace años, y recientemente se ha incorporado a la agenda la biotecnología.
Las religiones oficiales no tienen ningún tipo de papel en el Club Bilderberg, aunque hay una conexión directa con la masonería. La creencia de la masonería es la existencia del Arquitecto del Universo (un dios amplio y particular). La religión de los integrantes del Club queda al margen, no van a hablar de religión. Se les conoce por sus objetivos financieros y geopolíticos, del control del mundo... Lo que pretenden imponer es un gobierno mundial. Algo tan complejo como eso.
Hay periodistas dentro del grupo pero desgraciadamente estos funcionarían como meros perritos falderos. Hay magnates de la prensa y dueños de medios de comunicación cuya misión sería manipular y dirigir la opinión pública.
¿Es, pues, su actividad ilegal? De confirmarse, pues la verdad es que estaría fuera del marco democrático. Hipócritamente defenderían derechos, pero muchos trabajan en administraciones públicas y deberse más a los intereses de los bilderbergers que a los ciudadanos que representan sería delito.
¿Hay disputas entre sus miembros? Se dice que Irak fue el primer gran motivo de enfrentamiento entre los miembros de Bilderberg porque unos se decantaron a favor de la guerra y otros no.
Se reúnen anualmente en un lugar distinto del mundo y estarían protegidos por la CIA, el ejército, la policía del lugar... Suelen reunirse poco antes del G8, y siempre el hotel es de auténtico lujo, con campos de golf y otras muchas comodidades, pero a las afueras de una población para no llamar demasiado la atención.
La esencia de su ideología sería la creación de un gobierno mundial tal como afirmó el banquero James P. Warburg: “Guste o no, tendremos un Gobierno Mundial. La única cuestión es si será por concesión o por imposición”. Este gobierno mundial lo harían efectivo a través de la ONU, un organismo que habría sido creado por ellos. Hoy en día la ONU no tiene nada que ver para lo que fue creado. Ese gobierno estaría formado por una única fuerza militar, que sería la OTAN, e impondrían una moneda única, una única religión basada en la creencia de la masonería. Y es que el Club Bilderberg sería la masonería actual, y querrían orientarnos en todos los sentidos de la vida. Para ello han creado la biblia de cómo vivir en la actualidad y cultivan métodos para hacer una sociedad fácilmente maleable. Para conseguir sus objetivos buscarían manipular a la sociedad, sustituir el poder de los gobiernos por el poder de la banca, de las finanzas... Serían los herederos de las antiguas sociedades secretas que han fraguado la Historia: la I y II Guerra Mundial, la de Vietnam, la del Golfo, las Malvinas, la de Afganistán... (En el año 60 diversos miembros de Bilderberg y de otras sociedades secretas se unieron para analizar la situación internacional. De ahí salió (supuestamente) el informe Iron Mountain en donde concluyeron que no existen medios más eficaces que las guerras si lo que se quiere es alterar la vida del planeta. En definitiva: volvieron a percatarse de que la guerra es la mejor forma de sacar beneficio.) Por ello, habrían implantando una economía de guerra donde con su dinero armarían a los dos bandos, creando situaciones de peligro y aprovechándose después con las reconstrucciones, los créditos... Así, acaban dominando las vidas de los países afectados convirtiéndolos en exclavos. En Occidente están muy penetrados y ahora quieren expandirse más allá.
Lo curioso del caso es que -según sus más acérrimos críticos- piensan que hacen un bien a la humanidad y que no hay otra forma mejor de hacer las cosas. Sostendrían que para vivir como vivimos es necesario este sistema bélico con sufrimiento humano. Y no tendrían escrúpulos a la hora de matar a personas para conseguir sus objetivos.
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