En total, 252 instrumentos, cientos de grabados sobre tortura y una colección de libros raros dedicados al tema que van a ser vendidos como una colección o bien rematados individualmente en una cita posterior.
Se estima que la colección podría llegar a recaudar varios millones de dólares. Y pese a lo brutal que son estas cosas, es historia y estos elementos se perderían en caso de ser dispersados.
La colección fue exhibida en Gran Bretaña y Estados Unidos a finales del siglo XIX. (El 26 de noviembre de 1893, un artículo en 'The New York Times' describía lo que era entonces una colección de 1.300 piezas, señalando que "miles de personas han contemplado estas terribles reliquias de una era semibárbara", todas las cuales "han sido de hecho utilizadas".) Eventualmente fue adquirida por un superviviente noruego del Holocausto que residía en Estados Unidos en la década de 1950 y ahora será puesta a la venta por sus herederos.
La decisión de poner tales objetos en una subasta tiene que ver con la petición del vendedor de donar un porcentaje no especificado de los ingresos a obras benéficas como Amnistía Internacional, de las que están en campaña para prohibir la tortura.
Como comento, hacia 1890 la colección fue comprada en Inglaterra y exhibida en el país y después se llevó a Nueva York en 1893. De esa época data un catálogo completo, incluido en la colección que se ofrece a la venta. También incluye un libro de visitas, con comentarios y miles de firmas. Posteriormente, la colección fue presentada en una feria de Chicago, y allí es cuando se pierde su rastro. Hasta después de la II Guerra Mundial, cuando Arne Coward, un noruego que fue perseguido por los alemanes porque protegió a judíos, la compró y la llevó a Estados Unidos.
Coward murió en los años 70 y la colección quedó en manos de sus familiares herederos, que decidieron ahora presentarla a la venta porque hoy en día se está hablando demasiado de tortura y muy pocos parecen ser conscientes de ello.
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