martes, 23 de diciembre de 2008

Arturo y sus guerreros fantasma

La apacible región occidental de Inglaterra es una tierra legendaria. Se dice que fantasmas y hadas recorren sus colinas, y jaurías de perros sobrenaturales merodean por las ciénagas de Dartmoor. Pero quizás el relato más poderoso es el que proviene del castillo de Cadbury en el condado de Somerset. Las murallas de esta prominente fortaleza de la Edad de Hierro rodean una colina de la que se rumorea no sólo que está hueca, sino que además está habitada.
En la década de 1930, una profesora anónima contribuyó a aumentar la espeluznante reputación de la zona cuando habló de la extraña procesión que presenció en la montaña de Cadbury. Mientras ella y una compañera conducían por el lugar ya entrada la noche, explicó, vieron un grupo de luces brillantes que desfilaban lentamente por la loma. Una inspección más de cerca reveló que el resplandor procedía de unas antorchas sujetas a las lanzas de una tropa de guerreros armados. Un gigantesco hombre montado a caballo conducía a los soldados en medio de la oscuridad; después desaparecieron.
La narración de la maestra bien podría ser una historia de fantasmas más, de no ser por la legendaria índole de los ocupantes de Cadbury. Según la tradición local, la colina fue en otro tiempo escenario de la corte del rey Arturo. Los arqueólogos confirman que la antigua fortaleza pudo alojar a un jerarca en el siglo VI, cuando el guerrero conocido como Arturo luchó contra los sajones. Durante siglos, los lugareños han declarado que Arturo duerme con sus soldados en el interior de la colina de Cadbury y por la noche cabalga a la luz de la luna. Dicen que espera el momento en que Inglaterra esté preparada para la batalla y requiera su servicio una vez más.

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