lunes, 30 de marzo de 2009

Motociclistas Rebeldes

MotociclistasMiembros del Club de Motociclistas Rebeldes escoltando el féretro de su fundador y líder Richard Roberts por las calles de Camberra, en Australia. (Roberts fue asesinado a tiros la pasada semana y fue incinerado en la madrugada de este domingo.)

domingo, 22 de marzo de 2009

Juden Raus

Juden RausEste lamentable juego de mesa causó auténtica sensación entre la población civil germana allá por la década de los años 30 -del pasado siglo XX- cuando comenzó a comercializarse con el fin de potenciar el antisemitismo en la alemania nazi.
Diseñado para disfrutar en familia, su nombre podría traducirse como "fuera judíos" ('Juden Raus', prácticamente un lema, un horrible grito de guerra. -En el libro de Michael Berenbaum 'The World Must Know', Abraham Malik, un superviviente del gueto de Kaunas (Lituania), lo explica: "(...) Los alemanes irrumpieron en las casas al grito de "Raus, raus, raus, Juden raus (...)"-), y el objetivo del juego no era otro que "capturar judíos" hasta alcanzar un máximo de seis para expulsarlos de la ciudad, marcada en el tablero con una expresiva muralla.
Propaganda auténtica, pues, del régimen nazi, el juego vio la luz pública mucho antes de que estuviera finiquitado, con sus consecuentes errores a causa de las prisas por empezar el adoctrinamiento, por lo que las reglas nunca estuvieron del todo establecidas.

REGLAMENTACIÓN
Forman parte del juego: un tablero, dados, seis figuras, y treinta y seis sombreros judíos.

Tablero

"En este apasionante y moderno juego de salón pueden participar de dos a seis personas. Cada jugador dispone de una figura, numeradas del 1 al 6. Cada jugador arroja el dado por turno; según los puntos sacados, un jugador ocupa la casilla de salida. Quien ocupa la número 1 es el que dirige el juego, que da comienzo acto seguido. Los puntos sacados permiten hacer avanzar la ficha correspondiente en dirección al centro. Si en el avance rebasa los muros de la ciudad y detiene su figurita ante una casa judía, el que dirige el juego le hace entrega de uno de los sombreros. En cuanto al jugador de turno le corresponda tirar de nuevo el dado, toma la figura y retrocede a su punto de reunión, tantos puntos como hayan salido, colocando allí su figurita. Si, por ejemplo un jugador ha sacado seis puntos y solo se halla a tres de su punto de reunión coloca su sombrero en su punto de reunión y avanza tres casillas. Esta serie de avances y retrocesos entre la muralla de la ciudad y el centro del tablero se repite hasta que cada jugador posee seis sombreros judíos en un punto de reunión. Una vez obtenido el sexto avanza hasta el centro del campo, según las tiradas de los dados. Si llega el primero obtiene naturalmente el primer premio. Los demás puestos se distribuyen según el número de sombreros en poder del jugador respectivo."

Piezas

Este juego infame forma parte de ese trozo de historia que los alemanes se esfuerzan en olvidar y su comercialización es uno de los mayores ejemplos de nauseabunda propaganda llevados a cabo por un régimen totalitario.

domingo, 8 de marzo de 2009

Dalai Lama

En el año 1950, los chinos dieron inicio a la invasión del Tíbet, saqueando y arrasando los miles de templos y monasterios budistas de la nación. Los invasores destruyeron además los signos externos de una antigua religión cuya fe había adorado durante quinientos años a un solo líder temporal y espiritual, un hombre conocido como el Dalai Lama.
La significación del Dalai Lama es el sorporte de los viejos dogmas tibetanos budistas que asumen la reencarnación. Como los hindúes, los budistas creen en la transmigración de los almas. El destino sagrado de los almas iluminados que han eliminado todo karma es el Nirvana, la unión con la unidad universal trascendental y el cese del infinito ciclo de muerte y renacimiento. No obstante, el alma avanzado puede elegir posponer el Nirvana y permanecer en la rueda de la reencarnación para ayudar a otros almas a llegar a la sabiduría. Tal ser es llamado 'Bodhisattva', palabra sánscrita que significa "guerrero naciente". Los Bodhisattva prometen no entrar al Nirvana hasta que otros almas les hayan precedido. Entre estos seres semidivinos, el más sagrado para los tibetanos es Avalokitesvara, el Bodhisattva de la compasión, y cada Dalai Lama se cree que es una encarnación de Avalokitesvara: una solo alma hereda la sabiduría de muchas vidas.
Tras la muerte del primer Dalai Lama en 1475, los monjes parecieron encontrar a su sucesor en un niño que había sido elegido por Avalokitesvara para su próxima encarnación. Esta práctica de sucesión a través de la reencarnación ha persistido a lo largo de los siglos hasta el actual Dalai Lama.
El Oráculo dirige la búsqueda del siguiente Dalai Lama. A través de visiones o sueños se indica su paradero, su edad y sus características físicas. Cuando se encuentra al niño, se le somete a pruebas para determinar la autenticidad de su encarnación. El primer requisito es que de un montón de objetos sea capaz de identificar los que pertenecieron a su predecesor. Elegirlos correctamente es crucial, ya que los budistas tibetanos creen que los que eligen la reencarnación retienen los recuerdos de sus vidas pasadas.
Aunque posee el rango más alto, el Dalai Lama no es más que uno de los muchos líderes budistas tibetanos cuya continua sucesión se produce a través de la reencarnación. El Panchen Lama, por ejemplo, se cree que es la manifestación de Amitabha, el Bodhisattva de la Luz Infinita y padre de Avalokitesvara. De hecho, cualquier lama -término que abarca a los monjes y sacerdotes budistas, al igual que a las religiosas y legos- puede encarnarse en el cuerpo de un niño. Estas reencarnaciones, incluyendo las de los altos lamas, se llaman tulku. El tulku puede ser de cualquier sexo, aunque el Dalai Lama ha de ser siempre un hombre. Se dice que todos los tulku son conscientes de sus existencias anteriores. En el pasado era frecuente que los niños tibetanos informasen a sus padres de su condición de abades o de ancianos venerados en una vida pasada. Si los padres lo creían podían solicitar de los lamas una investigación para saber si era cierto. Las reencarnaciones de los legos sagrados tenían poca importancia práctica. Pero el tulku que se creía reencarnado en líderes religiosos era investido de todas las propiedades y prerrogativas que pertenecieron a sus predecesores.

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